Derecho Urbanístico
La auditoría ambiental tiene sus orígenes en Estados Unidos a finales de la década de los años 70. Nació con el fin de verificar el cumplimiento de las normas legales en la materia a consecuencia y a tenor del aumento y complejidad de la normativa medioambiental y las cada vez más crecientes sanciones económicas impuestas por su observancia. En la actualidad recibe nombres de análogo significado: ecoauditoría, revisión medioambiental, control medioambiental, evaluación medioambiental, vigilancia medioambiental, etc.
En términos genéricos la auditoría podemos conceptuarla como una herramienta al servicio de la gestión de empresa, consistente en la evaluación sistemática, documentada, periódica y objetiva de una actividad industrial o de servicios desde diferentes ópticas: la económica, calidad, seguridad, medio ambiente, higiene y salud, etc.
La auditoría medioambiental propiamente dicha aparece definida en el Reglamento 1863/93, de 29 de junio, por el que se permite que las empresas del sector industrial se adhieran con carácter voluntario a un sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales, «como un instrumento de gestión que comprende una evaluación sistemática, documentada, periódica y objetiva de la eficacia de la organización, el sistema de gestión y procedimientos destinados a la protección del medio ambiente y que tiene por objeto:
- Facilitar el control, por parte de la dirección, de las prácticas que pueden tener efectos sobre el medio ambiente.
- Evaluar su adecuación a las políticas medioambientales de la empresa».
Por tanto, objetivo primordial de la auditoría ambiental es evaluar el impacto de una empresa sobre el medio ambiente y proponer las acciones correctivas pertinentes con el fin de mitigar los efectos negativos identificados. Se trata de una herramienta fundamental al servicio de la dirección de la empresa para minimizar los riesgos y las responsabilidades derivadas de los compromisos y disposiciones reglamentarias en materia de medio ambiente.
La técnica de la auditoría ambiental se concibe en la actualidad como un mecanismo de adopción voluntario, que ofrece algunas ventajas notables a quienes deciden subsumirse bajo su radio de actuación. Las empresas, como destinatarios de múltiples normas de contenido ambiental, desean conocer, entre otros aspectos, su adecuación a derecho. Por ello, puede afirmarse que hoy en día las auditorías ambientales se conciben como instrumentos de autorregulación, en tanto en cuanto la empresa tienda a actuar, autocontrolándose, de forma acorde al derecho vigente. Lo que se pretende en último término es mejorar el comportamiento medioambiental de la empresa e informar periódicamente a terceros sobre sus actuaciones e intenciones en relación con el medio ambiente.
La contrapartida que obtienen las empresas será el lanzamiento de su imagen pública mediante un logotipo específico, sin perjuicio de los beneficios que pudieran proporcionarle el empleo de otros instrumentos voluntarios como son, por ejemplo, el ecoetiquetado, los ecoproductos o la asunción de códigos de conducta ambiental.
Por otro lado, la auditoría ambiental se dirige a las empresas de naturaleza esencialmente industrial, entendiendo que éstas tienen una responsabilidad propia en relación con la gestión de la repercusión medioambiental de sus actividades y, en consecuencia, deben desempeñar un papel activo y relevante en este ámbito.
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