Es la acción y efecto de alterar perjudicialmente la calidad del agua mediante la introducción en ella de materias o formas de energía que, directa o indirectamente, disminuyen las condiciones del agua para usos posteriores o en su función ecológica. Dentro de un concepto más ámplio, se habla de degradación del dominio público hidráulico cuando las alteraciones perjudiciales afectan al entorno en que se hallan situadas las aguas demaniales. La defensa contra estas agresiones se estructura mediante el establecimiento de áreas en las que se condiciona el uso del suelo, controlando cualquier actividad susceptible de contaminar (prohibición de vertidos, acumulación de residuos sólidos).
Ley de Aguas, artículos 94, 95 y 96.
Contaminación | | | Contencioso |