Como una prolongación del movimiento cooperativo, se estructura como movimiento de autodefensa hacia mitad del siglo actual. Se diferencia del movimiento sindical en que no adopta enfrentamiento alguno frente a las empresas. El consumerismo, como ideas y actitudes que defienden los intereses de los consumidores, plantea sus reivindicaciones en la libertad de elección de los productos y servicios; en la defensa de la competencia; en la información y publicidad veraces; en la calidad y seguridad de los productos. Todo ello puede estimarse asumible por los productores y por los consumidores, interesados todos en aumentar la calidad de vida dentro de un sistema de economía de mercado.
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