Dentro del materialismo histórico, la lucha de clases es la fuerza motriz de las transformaciones históricas. Prueba de ello es que el
manifiesto comunista comienza diciendo que "la historia no ha sido sino historia de la lucha de clases".
Algunos autores han dicho que existe una contradicción insuperable entre la concepción económica de la historia y la teoría de la lucha de clases, porque mientras la primera afirma la primacía de los factores económicos, la segunda sostiene que el hombre es libre y que influye, individual y colectivamente, en la modificación del proceso histórico. Tal contradicción es, sin embargo, mas aparente que real, según los marxistas, porque si bien es innegable que el hombre influye en la historia, también es cierto que no actúa en forma totalmente libre, puesto que rige aun para el la ley del materialismo histórico; esto equivale a decir que, en la generalidad de los hombres-por supuesto que hay excepciones- la conducta
está condicionada por factores predominantemente económicos. Así, por ejemplo, Emilio Frugoni, destacado representante del socialismo uruguayo, sostiene que en los tiempos primitivos, la subordinación del hombre a los factores económicos-y aun materiales (geográficos, etcétera)- es total, mientras que con el aumento de la civilización y la cultura, aquella subordinación es cada vez menor. Esto puede verse también en el hombre aisladamente considerado, porque en aquellos en que la personalidad moral ha alcanzado gran desarrollo, la influencia del factor económico es mucho menor, al punto de desaparecer totalmente en aquellos que dan su vida por un ideal.
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