. Palabras en lenguaje jurídico, tan similares, que, relacionadas frecuentemente con el término sentencia (tomada en su sentido no jurisdiccional; véase esta palabra), y a veces con el término de proverbio, se tienen prácticamente como sinónimos. Los matices diferenciales, para el jurista, desde luego, parecen sin embargo importantes. Solamente la palabra brocárdico, cada vez menos utilizada en el lenguaje corriente, designa una fórmula jurídica caracterizada por su máxima brevedad, pero que logra resumir todo el fondo de un problema de derecho directamente captado en sus aspectos humanos. Largo tiempo utilizados en latín {summun jus, summa injuria), los brocárdicos pasaron al francés (en el matrimonio el que puede engaña; el muerto reemplaza al vivo). Constante y magníficamente utilizados por los autores antiguos, aunque no sin cierto abuso, son hoy frecuentemente abandonados, no sin abuso tampoco, por los autores modernos. El sentido de la palabra brocárdico no se diferencia ya casi del de aforismo, raro ya también en materia jurídica, y de contenido más bien sociológico. El sentido de la palabra brocárdico se pierde sobre todo en el de la palabra adagio, mucho más empleado y hasta casi únicamente en el día de hoy, pero que posee una fuerte resonancia moral. V. Máxima.
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