Acción y efecto de perseguir para capturar materialmente a quien escapa.
Historia: se han llamado persecuciones a las vejaciones, proscripciones, martirios, infligidos en diversas ocasiones a los cristianos de los primeros siglos, desde Nerón hasta Diocleciano.
La mayoría de las veces los emperadores romanos perseguían a los cristianos no tanto por su doctrina sino por negarse, a causa de su religión monoteista, a hacer sacrificios a la divinidad imperial, por lo cual se los consideraba criminales de lesa majestad.
La gran persecución, la era de los martires, fue en el año 303, durante el imperio de Diocleciano.
Materialmente, seguimiento del que escapa, para alcanzarlo o capturarlo, para agredirlo. | Históricamente, cada una de las sangrientas represiones que los emperadores romanos de los tres primeros siglos emprendieron contra los cristianos y que originaron millares de mártires, víctimas de las fieras, del fuego, del puñal o la espada, de la cruz y de otros múltiples suplicios. | A semejanza mayor o menor, con respeto de la vida o sin ello, las campañas que contra sus opositores emprenden los regímenes dictatoriales o en exceso autoritarios. | Apremio, acoso. | Exigencia inoportuna. | Derecho reivindicar ciertos bienes o de resarcirse con ellos, aun cuando hayan pasado a terceros.
Perpetuatio obligationis | | | Persecución en caliente |