Aunque puede considerarse como equivalente al contrato normativo, se distingue de éste en ser más detallista. Se trata, pues, de un contrato que prevé la estructura y funcionamiento que van a tener operaciones concretas que serán reguladas en futuros contratos. Es una mecánica utilizada, entre otros casos, por las grandes empresas que subcontratan con otras pequeñas y medianas. Se le conoce también como contrato con condiciones generales, que se contrapone al contrato individual o hecho a medida de ambas partes.
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